Homenaje a dos leyendas de la música norteña en el Pilos´Bar, un santuario de la música regional
Por David Carrizales
Monterrey,
NL, 13 de marzo- El Pilo´s Bar, un emblemático lugar que se aferra a mantener
la música en vivo para solaz de sus clientes, y que se localiza en el centro de
ciudad Guadalupe, fue el sitio idóneo para la presentación de dos libros que
cuentan la trayectoria de Los Rancheritos del Topo Chico y de El Palomo y
Gorrión, innegables íconos de la música regional norteña.
La noche del miércoles, escritores, poetas, cantantes,
intelectuales, políticos de diversas tendencias ideológicas, y hasta el reconocido
periodista estadunidense, Jon Lee Anderson, estuvieron entre el privilegiado
público que disfrutó de la velada literaria-musical, entre sorbos de tequila y
refrescantes bebidas ambarinas, con el aderezo de las notas del acordeón y el
bajo sexto.
En el Pilo´s Bar, que desde 1954 opera en la esquina de Zuazua y
Jiménez, en el centro de Guadalupe, cuenta el representante artístico, Rubén
Mojica, han estado presentándose artísticamente o como clientes, pero echándose
también un “palomazo”, verdaderas leyendas de la música mexicana.
Citó entre ellos a Los Tigres del Norte, Los Alegres de Terán, Los
Donneños, Ramón Ayala y sus Bravos del Norte, Cornelio Reyna, Eliseo Robles,
los músicos de El Gran Silencio, entre muchos otros, cuyas imágenes tapizan las
paredes del negocio, que también ha sido visitado por turistas de Europa, Asia,
Africa y diversos países de América.
Como parte de las actividades de la Tercera Feria Universitaria
del Libro UANLeer, a cargo del historiador, Meynardo Vázquez, fue presentada la
reedición del volumen “Ingratos ojos míos. La historia de El Palomo y El
Gorrión”, de Guillermo Berrones.
El autor señaló que su labor se limitó a darle forma a los
conceptos que expresó el ya fallecido líder de la agrupación norteña, Miguel
Luna Franco, en largas horas de entrevistas y conversaciones.
En el acto estuvo Cirilo Luna Franco, integrante del dueto,
además de Roberto y Miguel Luna López, hijos del desaparecido cantante y
compositor, del que han seguido sus pasos en el medio artístico.
Posteriormente fue presentado “Los Rancheritos del Topo Chico,
vida y obra de Catarino Leos”, escrito
por Luis Garza Torres, con la intención de dar a conocer la trayectoria del
músico nacido el 26 de noviembre de 1936 en Tula, Tamaulipas, registrado en Doctor
Arroyo, Nuevo León, bautizado en Matehuala, San Luis Potosí, y creado desde los
tres años de edad en la colonia Topo Chico de Monterrey.
Con cien discos en su haber, a sus casi 77 años de edad, Don
Catarino, acompañado por el grupo que formó en 1956, aunque ya con algunos
renovados integrantes, interpretó
varios de sus grandes éxitos entre los que no podía faltar “Pero cómo voy a
odiarte”, y demostró que
sigue siendo el líder insustituible por su estilo interpretativo, carisma y
sencillez, que le han permitido ganarse respeto, admiración y cariño no sólo
del público sino también de la familia artística.
Y ahí estuvieron para acompañarlo cantando en el escenario, Pepe
Elizondo, quien hace mancuerna con Beto Zapata en el Grupo Pesado; Cirilo Luna,
sobreviviente del dueto El Palomo y el Gorrión; mientras en el acordeón, estuvo
Pilo Elizondo, propietario de la cantina donde se realizó el evento, y quien
fue líder de la agrupación norteña “Los Tremendos de Pilo”.
Excelente nota. Gracias.
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