Ivonne Alvarez |
Ante críticas y descalificaciones a precandidatas
Por David Carrizales
Muchas
voces han salido en defensa de Ivonne Alvarez y Margarita Arellanes, por las
críticas y descalificaciones que han recibido a raíz de sus aspiraciones por
llegar a la gubernatura de Nuevo León, donde en esencia se les reprocha que no
cumplen su palabra, que se les llama “chapulinas”, porque piden el voto para un
puesto y saltan a otro antes de cumplir su mandato, y porque no se
caracterizaron como alcaldesas precisamente por demostrar eficiencia, y en el
mejor de los casos no marcaron diferencia en sus gestiones.
El
argumento que más se menciona es que son ataques misóginos, machistas, producto
de la cultura patriarcal, es decir, derivados de su condición de mujeres que se
atrevieron a escalar las alturas del poder y que sus detractores consideran
reservadas para los hombres, o más bien,
los machos.
Margarita Arellanes |
Con ese
razonamiento, bien podría Elba Esther Gordillo, argumentar que su
encarcelamiento es parte de una campaña misógina que pretende castigar su
atrevimiento de haber sido durante más de dos décadas líder indiscutida del
sindicato más poderoso de América Latina, secretaria general del PRI,
coordinadora de los diputados federales de su partido, y madrina fundadora de
otro instituto político, el Panal.
Lo que
yo he visto es que a estas precandidatas se les critica y ataca, ciertamente a
veces con rudeza, no por ser mujeres,
sino por lo que hicieron o dejaron de hacer como alcaldesas, y por los devaneos
o intrascendencias de sus trayectorias políticas.
Pero también me sumo a exigir respeto para este
par de damas, y en general para todas y
todos los aspirantes que contenderán en el proceso que culminará con la
elección del siete de junio, porque precisamente de eso se trata la equidad.
Sí, pido
respeto, para ellas -y ellos-, en lo que se refiere a no utilizar en su contra insultos,
ofensas, amenazas, ni calumnias. Pero primero exijo respeto de ellas y en
general de toda la clase política, para los ciudadanos, todos esos que son
víctimas permanentes de malos y caros servicios públicos, insensibilidad,
negligencia, tortuguismo y corrupción gubernamental; más respeto para esos que a diario sufren políticas depredadoras del
medio ambiente y del bienestar social, abusos
de autoridad, torturas, muertes y desapariciones.
¡Más
respeto, por favor!.