miércoles, 31 de julio de 2013

Usan hasta silicones para ventana y aceites de motor en "cirugías estéticas"

Llegan al Hospital Universitario, pacientes de charlatanes médicos

*Grave problema de salud pública en Nuevo León.

David Carrizales/ Parte II
Monterrey, NL, 23 de septiembre- La realización de cirugías estéticas por gente no especializada y en lugares inadecuados, constituye un problema de salud pública en Nuevo León, pues se ha detectado que se utilizan para modelar la cara y otras partes del cuerpo, silicones para ventana, aceite industrial o de motor, que provocan en los pacientes, ulceras, deformaciones, así como problemas en el funcionamiento muscular, entre otros.
Víctor Noé Elizondo Tijerina, presidente del Colegio Noreste de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (Concper), señaló que para tratar de evitar que la gente sufra ese tipo de complicaciones  por falta de información, el organismo nacional que aglutina a los profesionistas del ramo, como parte de la campaña “Cirugía Plástica Segura”, publica en su página de internet, estado por estado, los nombres de todos los especialistas que cuentan con acreditación para realizar operaciones.
Además, se pide a los más de 120 cirujanos plásticos del Concper, que tengan en su consultorio a la vista de sus pacientes, sus certificados originales de carrera y especialización, como marca la norma oficial.
Si bien en la entidad hay profesionistas muy destacados, dijo Tijerina, también hay médicos generales ajenos al colegio y de otras especialidades, así como gente que ni siquiera tiene la carrera de medicina, que le hacen al cirujano plástico.
Agregó que esas personas realizan las llamadas cirugías del tercer milenio que inyectan sustancias modelantes,  que no son de uso médico.
“Se han detectado casos de silicones para ventana, de uso industrial, aceites de cocina, de motor, y esto ocasiona un problema muy importante en la salud del paciente, ya que el cuerpo tiene una reacción interna de rechazo a nivel inmunológico que provoca que el paciente se autodestruya”.
Expuso Elizondo Tijerina que es difícil saber cuánta gente se dedica a ese tipo de operaciones porque actúan de manera clandestina, pero hay quien estima que son más que los profesionistas acreditados. “Por eso digo en broma que los que realizamos operaciones de cirugía estética ya somos más que las tiendas Oxxo”.
Aseveró, “en el colegio buscamos acreditar no por tener un mercado más grande, sino por ayudar en la salud pública”. Si a la gente realmente le interesa una cirugía estética, que vaya con el especialista, porque más importante que su apariencia física, es su salud y la propia vida.
Algunos me preguntan si decir “cirugía segura” es que es infalible; les digo que no hay infalibilidad en cirugía, pero es menos probable que haya un mal resultado, si se cumplen los requisitos, en lugares acreditados, en  una clínica con aval de salubridad, no en un hotel, o en una casa medio adaptada, y con el cirujano especializado.
El presidente del Concper, afirmó que es frecuente que pacientes que fueron atendidos de manera inadecuada, acudan con el cirujano plástico para tratar de resolver su problema, pues hay que recordar que el origen del cirujano plástico es el de cirujano reconstructivo, y es quien puede ofrecer algo para retirar una sustancia extraña que causó daños y alteraciones.
Pero ya cuando el cuerpo reacciona rechazando la sustancia extraña aplicada, se requiere además un especialista en inmunología y un traumatólogo, pero por la gravedad de los daños, hay pacientes que tristemente mueren.
En Guadalajara, recordó, la estilista conocida como “La Matabellas”, hace diez años causó daños severos al aplicar inyecciones de aceite industrial para aumentar glúteos y chamorros. Tan solo en el Instituto Jalisciense de Cirugía Reconstructiva se atendieron más de cien casos.
El especialista aseveró que muchas veces cuando se inyecta el producto tarda dos, tres y hasta diez o más años, para que se manifieste un problema de salud. Así que cuando esto sucede, el responsable ya no está, “son golondrinos, hacen sus desmanes y se van a engañar más gente a otra ciudad”.
   Después de ser afectados por charlatanes, acuden al sector público
Atender las complicaciones de una cirugía mal practicada, es muy caro en el medio privado, por eso los afectados van al IMSS, Issste o el Hospital Universitario (que cobra costos de recuperación), donde se les puede ofrecer la misma cirugía reconstructiva, sin lastimar tanto su economía, pues a veces requieren cuatro cinco intervenciones.
Elizondo Tijerina agregó que el “gancho” para que la gente se someta a cirugías con personal no especializado y lugares que no cumplen las condiciones, son los bajos costos, “pero si cobran tres mil pesos es porque invirtieron 50 pesos en el material”, un litro de aceite por ejemplo.
Y a la larga lo barato sale caro, porque perjudican su salud, y por más esfuerzos médicos o recursos que se inviertan, a veces ya es muy poco lo que se puede hacer, porque es cuestión de la respuesta del cuerpo.
En opinión de Elizondo, se recurre a la cirugía estética, muchas veces por un complejo que traemos. Si somos un poquito narigones, te puedes hacer una operación y queda preciosa la nariz, pero nos seguimos viendo narigones en el espejo.
Igual, si somos gorditos, nos seguiremos viendo gorditos, porque es la imagen que tenemos en el cerebro. Si hay ese problema mental, el paciente que quiere mejorar su apariencia, lo hará una y varias veces, hasta que llega un momento que la operación ya es más riesgo que mejoría y entonces se comete el error de ir a tratamientos “milagrosos”.
Yo insisto que una operación estética no es un milagro, pero hay gente que lo confunde con ir a la peluquería, y no es así, vas al quirófano, a que te implanten un cuerpo extraño. Cada organismo responde de manera diferente, es un procedimiento seguro, pero no infalible, hay un riesgo, aunque se haga con todas las de la ley; por eso se les hace firmar el “consentimiento enterado”.
Cuando la operación la realiza alguien sin la capacidad necesaria, sin ética, y en un lugar que no cumple las condiciones, es una bomba; pero desafortunadamente, todos tenemos un pensamiento mágico, y la gente se convence,  porque alguien les dice “mi amiga se lo hizo y no le pasó nada”, pues sí, pero pueden pasar hasta diez, 15 años, para que pase lo grave, y a veces ni relacionan el mal con la operación que les practicaron”.
El presidente del colegio de cirujanos plásticos, señaló que han ido a la baja las cirugías estéticas, al menos entre los profesionistas acreditados, porque a Nuevo León venía mucha gente de Estados Unidos. Hasta hace tres años, un 30 por ciento de las operaciones se las realizaba gente foránea y 70 por ciento local; pero en este momento, sólo el cinco por ciento es de fuera.
Ha cambiado la cultura, hoy los hombres confiesan que se realizaron "una lipo" 
Pero también de la entidad se hace menos operaciones, por la situación económica, y por la inseguridad muchos prefieren tener un ahorrito, “no se vaya a ofrecer”.
Si hay la percepción que existe un “boom” de operaciones de cirugía plástica, expresó Elizondo, es tal vez porque muchos se las practican con personas y en lugares no acreditados.
Y también porque antes nadie lo decía, y ahorita viene la comadre con otra comadre. Antes entre más noche venían era mejor para que nadie los viera  y hasta daban un nombre falso. El tema ya no es tabú, ahora los hombres tranquilamente cuentan, “me hice lipo, me arreglé la nariz, ahora sí se cacarea el huevo, se dice libremente sin tapujos”.
Elizondo Tijerina dijo que es frecuente que vayan personas, sobre todo a hospitales públicos, a buscar apoyo ante un mal procedimiento.
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“Llegan con úlceras porque les inyectaron los glúteos o el busto con un aceite no indicado para uso médico, han llegado prácticamente familias porque dos hermanas y la mamá se sometieron al mismo procedimiento, y es muy triste que por algo que creen les va a beneficiar en estética a la larga les ocasione serios problemas de salud”
Y su mejor propaganda, la hacen las propias víctimas. “Mira qué bien te ves”, les dice una amiga, y la otra cuenta que fue con las cirugías de tercer milenio, que no hay bisturí, que no hay recuperación, y el resultado es inmediato, la operación es más que ambulatoria –que requiere recuperación en el domicilio- pero aquí se operan, y se van a bailar, a la pachanga, a festejar.
Pero a la larga, esta gente termina física y económicamente mal y emocionalmente devastada, pues a veces ni queja presentan porque por las áreas inyectadas les da pena mostrar el daño que sufren y dejan que crezca la enfermedad, “ya cuando acuden con el especialista es muy difícil ayudarles”.
Elizondo Tijerina señaló que si el sector salud no hace cirugía estética, es porque hay tanta chamba, por eso se ven como de lujo, y se marcan prioridades. Igual aquí, hay pacientes que se retiran de pronto, porque en la familia surgió un problema de una apendicitis y le dan prioridad.
Aseveró que la cirugía estética ya no es cara realmente, dejó de ser para una elite, son económicas, porque son poco invasivas, y al ser ambulatorias baja mucho el presupuesto.
Afirmó que las quejas que se presentan contra miembros del Colegio, son porque una paciente señala que no la dejaron como quería, “pues querías quedar como Thalía y estabas como Chachita, si no se hacen milagros."
Para evitar esos problemas, expresó, es importante a relación con el paciente, hablarle con la verdad en cuanto a las expectativas, y así lo razonable es que si el paciente no entiende las posibilidades, es mejor no operar, porque habrá problemas, es de sentido común.
Yo les digo que lo más fácil sería bajarles el cielo y las estrellas para convencerlas, pero debe ser al revés, ponerles todas las trancas, y si la paciente las brinca todas, quiere decir que el resultado será acorde a las expectativas.


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