La cantante de Chihuahua, estuvo a punto de perder la vida, por mala cirugía |
*Truena el comisionado de Arbitraje Médico contra malos profesionistas.
*Abusan del ignorante y el vanidoso, algunos que ni título tienen para realizar cirugías estéticas
Por David Carrizales /Parte I
Monterrey, NL, 23 de
septiembre- “Es un asco la medicina”, en muchos profesionistas prevalece el
interés mercantilista, y aún peor, son capaces de hacer operaciones que no se
necesitan, practicar cirugías para las que no están capacitados, o cobrar por servicios
que ni siquiera realizaron, sostiene Francisco Decrescenzo Tancredi,
Comisionado Estatal de Arbitraje Médico (Coesamed).
El objetivo del organismo que
preside, dice Decrescenzo, es volver a la relación médico-paciente que
había en los años 70. “Los médicos éramos segundos en ética, sólo estábamos
después de los sacerdotes, el Día del Médico recibía yo muchos regalos, ahora
ninguno; ya no estamos en ese lugar, no sé con quién nos comparan ahora, pero
si es con los curas, estamos mal, pues ahí están los del Opus Dei” (con
cuestionamientos por pederastia o protección de su práctica)
Los pacientes terminan con más problemas que los que buscaba resolver
Cirujano general con
especialidad en problemas vasculares y 49 años de experiencia, afirma
Decrescenzo que en el caso de las cirugías estéticas, muchos médicos “abusan
del ignorante y del vanidoso”, con tal de sacarles dinero, sometiéndolos a
tratamientos que provocan mayores problemas que aquellos que sus clientes
buscaban resolver.
“No quiero tener broncas con
el Sector Salud, pero el problema es que la Secretaría Estatal ha avalado a
muchos changarros, porque no merecen otro nombre, les ha dado permiso para que
hagan cirugías estéticas, aunque no cumplan los requisitos, si un hospital no
tiene banco de sangre no es hospital y los mandan a que la compren, aunque ya
no se vende la sangre como hasta hace unos diez años.
“Y por eso ahora en estaciones
de televisión se piden donadores que vayan a tal parte a donar, hasta el
Hospital Universitario y el Seguro Social, tienen dificultades”. Entonces no es
posible que pequeñas clínicas privadas muy deficientes, sin esterilización
adecuada, estén operando, porque luego vienen las complicaciones, y el que
resiente esos problemas además del paciente, es el sector público de salud.
Francisco Decrescenzo Tancredi |
Ante la Comaes, el Seguro
Social tenía el primer lugar en quejas por malas prácticas médicas en general,
y desde hace cuatro años son más contra médicos privados, en proporción de
cuatro a uno, no obstante que es mucha más la gente que atiende el sector
público de salud.
Cada mes se presentan ante el
organismo de conciliación cuatro quejas por complicaciones o malos resultados
en operaciones estéticas, que se realizan en clínicas privadas.
Pero la cifra de afectados
debe ser mucho mayor, considera Decrescenzo, ya que con frecuencia la gente no
se queja ni denuncia, por vergüenza, sentirse culpables de que ellos mismos se
buscaron su mal, o por desconfianza de obtener algún resultado favorable.
Comenta que el organismo ha
atendido quejas por casos dramáticos en tratamientos de cirugía plástica.
A una mujer le amputaron las dos manos, por no haber realizado antes
estudios arteriales. “Yo logré que le dieran un millón 200 mil pesos para
conseguir una prótesis”.
Sin embargo, no se logró su
rehabilitación porque para cuando se le aplicaron las prótesis ya había pasado
casi un año, y esto debe hacerse al momento de la amputación, para que los
músculos se recuperen. “Y me da mucho coraje porque la señora está impedida, y
por la falta de manos, para comer, según dice la misma víctima, debe hacerlo
“como un perro”, pues se inclina hasta tomar los alimentos con la boca
directamente del plato.
Se han presentado casos de
personas que por mejorar algún detalle de su rostro, terminaron con la boca
chueca, y se vuelven a operar, pero ya no quedan bien, porque los músculos y la
piel ya no pueden estirarse más.
Mucha gente por vergüenza no denuncia a los charlatanes
Hay operaciones para combatir
la obesidad, que cuestan de 40 a 50 mil pesos, para la colocación de bandas del
estómago. Impedido por ley para dar datos de identidad sobre pacientes o
prestadores de servicios médicos, cuenta Decrescenzo: “Hay un sinvergüenza que
él mismo hace las bandas para el estómago y por su mala calidad se resbalan y
aprietan el esófago, entonces el paciente está vomite y vomite, le sobrevienen
problemas de esofagitis.
Estos sujetos siguen operando,
porque la gente no se queja, y aunque yo sí procedo de acuerdo a mis
facultades, “les echo los perros”, es decir, -los cita ante la Comaes para
conciliar con los afectados-. Pero en este caso, si este sujeto quiere, sigue
operando, “yo no tengo autoridad, para quitarle la licencia”.
Otros médicos, afirma
Decrescenzo, hacen cosas innecesarias con tal de cobrar, o hacen una colostomía
descendente, y dicen que fue una resección de colon, con lo que elevan el cobro
de cuatro mil a 14 mil pesos.
Hay quien dice que operan las
varices con rayo laser, “la gente se deja ir, es muy crédula, después resulta
que no fue eso, porque es una insuficiencia vascular, y si no se extrae, el
problema no sólo persistirá, sino que terminarán peor!.
También se presentan
complicaciones pues para “modelar” un cuerpo, extraen grasa de una parte para
inyectarla donde buscan aumentar volumen, pero como la grasa tiene “muy escasa
circulación, por eso se muere”. Además inyectan aceite de cocina o industrial, un cuerpo extraño que provoca una reacción y entonces quedan cojas”, mujeres
que pretendían glúteos más abultados.
Alejandra Guzmán, otra víctima de médicos sin escrúpulos |
Son muchas las clínicas que
realizan procedimientos inadecuados, porque la gente “se deja ir como el
Borras, hay mucha desinformación y los medios deben colaborar para no dar
publicidad a esas cosas, si yo publicito que los niños deben manejar armas, soy
un cómplice” del mal uso que hagan con ellas.
Es algo delicado la salud,
aquí se abusa de la gente que tiene baja autoestima, es un descaro bruto, son
sinvergüenzas. Hay mujeres artistas, como Alejandra Guzmán, que no tenía las
“pompis” antiestéticas, pero decidió operarse y hoy anda batallando.
“Para qué le buscan tres pies al gato si tiene cuatro, y los burros
también”, señala el comisionado.
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